El siguiente paso es drenar los linfáticos del cuello (localizados en la zona interna de la primera falange del dedo gordo), y, después los de la cara (situados por debajo de la uña en el mismo dedo). Con suaves caricias dirigimos todo al punto de Término Profundo, donde bombeamos de nuevo tres veces.
A continuación bombeamos los ganglios de axila (debajo de la cabeza del metatarsiano del quinto dedo), subimos la linfa del brazo hacia axila (suaves caricias desde la base a la cabeza de metatarsiano de quinto dedo), bombeando de nuevo en axila y arrastrando luego suavemente la linfa hasta el punto de Término Profundo donde se vuelve a bombear.
El proceso de drenaje
Para comenzar a drenar el abdomen primero bombeamos el punto reflejo del receptáculo del quilo, donde se sitúa también la cisterna de Pecquet. En el cuerpo se localiza a la altura del intestino delgado, donde se produce la asimilación de los alimentos durante la digestión, siendo de importancia vital en la absorción de grasas, moléculas de alto peso, y frenando el paso de bacterias y microorganismos gracias a que está lleno de ganglios linfáticos. Su punto reflejo se sitúa en el dorso del pie entre la primera y segunda , a la altura de su articulación con los metatarsianos, bombeamos el punto y después con suaves caricias llevamos hacia ella la linfa del abdomen, para subir a continuación por la zona refleja del «conducto torácico» hacia el Término Profundo donde volveremos a bombear.
El siguiente paso será el drenaje de las piernas, comenzando en los ganglios de ingles cuyo punto reflejo se localiza en el dorso del pie, debajo del tendón del primer dedo en la articulación entre Tibia y Astrágalo. Después dirigimos la linfa desde la zona refleja de las piernas hacia ese punto, con suaves caricias, bombeando de nuevo en la ingle.